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Hace más de 50 años, patronato es considerado un barrio enmblemático para Santiago y el país. Su enorme variedad de productos textiles, en especial ropa de todo tipo, le han hecho ganar un lugar en la historia del Chile. A través de sus veredas desbordantes de ropa, pasillos atochados de maniquíes y verdaderos laberintos en medio de la calle, Patronato es el lugar de encuentro para quienes buscan la mejor calidad de ropa, a precios bajos.

Otro atractivo de éste colorido barrio, es la comida. Por varias generaciones, han llegado comerciantes árabes, judíos, chinos, coreanos y peruanos. Sin mucho tiempo que perder, comenzaron a llenar las esquinas con carros de comida y pequeños restaurantes y picadas; llenando de color y diversidad a un barrio que hoy representa lo que fue el llegar de otro país y tener una posibilidad de surgir.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Telas, comida e identidad



Jueves, 4pm:
Con dificultad se puede pasar entre las tiendas adueñadas hace ya tiempo de angostas veredas. De a poco, túneles de toldos, mayas y ropa, aparecen como enredaderas de maleza, haciendo sentir que han estado allí toda una vida. Gritos de comerciantes ofreciendo sus productos. Ropa, telas, comida, zapatos y accesorios, es casi una algazara. A pesar de su estrechez, las calles tienen a cada lado autos estacionados casi a presión y sin ser menos, el tráfico de vehículos es constante.

Aquí la historia representa los procesos de expansión en Chile y el desarrollo mercante extranjero. A fines del siglo XIX, dentro de lo que hoy es la comuna Recoleta, llegaron los primeros comerciantes a la zona, ubicada en la ribera norte del Río Mapocho. Estos eran inmigrantes, principalmente árabes, quienes, de a poco y con el característico emprendimiento de su pueblo, comenzaron la venta de diversos productos, particularmente textiles. Con el tiempo aumentó la llegada de extranjeros en buscando oportunidades.

Patronato ha ganado su identidad, gracias a al comercio mayorista casi en su totalidad, variedad de productos en lo que a vestuario se refiere y curiosamente por su calidad en la comida mediterránea y oriental. Aquí, restaurantes árabes, coreanos y chinos  han ganado un lugar en el mapa, transmitiendo una tradición respetada entre las más de 7mil personas que día a día recorren las estrechas calles de la zona. Desde que se inicia la jornada, hasta que el sol no soporta su propio peso y cae, Patronato está lleno. Es un lugar cuya vida y afluente le han permitido mantenerse vigente en una ciudad y sociedad de constante cambio.